viernes, 22 de junio de 2012

ADJUDICACION DE LAS MINAS (XXII)



                                            ADJUDICACION DE LAS MINAS (XXII)

¿Seríamos  capaces de asimilar, (siempre imaginando), sentir  algo así, como la sacudida ó terremoto de relativa intensidad, que debieron experimentar las inertes y abandonadas galerías de la Mina,  cuando los ecos varoniles de rudos tonos impactaron en la oquedad de sus  vitriólicas paredes.?

Y es que, en la boca-mina  un grupo de no más de 5 ó 6 hombres, sentados sobre dura roca, faz morena, barba de días,  raídos pantalones,  calzados con alpargatas de gruesa lona y piso de cáñamo, cubriéndose con una especie de chaqueta reforzada con esclavina de hule negro, parecían gritar más que dialogar, entre chupada y chupada al mordisqueado cigarro,  asegurando, uno de los más jóvenes, que el corsario de Sevilla, le trajo noticias serias de que en  Madrid, la Asamblea Nacional había acordado una Ley fechada  el 25 de Julio de 1870 decretando la  subasta de la Mina.
Estaba en lo cierto aquél individuo que aunaba a su negocio de portes,  el valorado menester de correo, recopilando noticias entre los pueblos de su recorrido a la vez que propagándolas en ellos, con más o menos veracidad. En este caso, aunque nueva para los reunidos, les llegó –como de costumbre en aquel tiempo,-  tres semanas después.

Tal vez no se detuvo en explicar los detalles y alcance del contenido legal pero, lo más importante de la novedad, caló hondo y recibida con regocijo por el pequeño auditorio.

Posteriormente a esa figurada anécdota, son imprescindibles ciertas consideraciones conformadoras del contexto en el cual habría de desarrollarse el futuro minero, difícil de predecir en sus inicios:
Tras la caída de Isabel II, cuyo régimen monárquico había prevalecido en España desde  los Reyes Católicos, se impuso la idea de implantar un sistema republicano. En tanto se daba forma sobre la manera en que este debería instaurarse, se adoptó una fórmula intermedia, en la cual era necesario un “Gobierno Provisional” recayendo su Presidencia en Francisco Serrano Dominguez, (Duque de la Torre) quien ejerció funciones desde 3 de Octubre de 1868 hasta que
-otro cambio de timón- se ofreció la corona vacante al italiano Duque de Aosta, que a título de Rey, la aceptó el 16 de Enero 1870 a 11 de Febrero de 1873. Abandonó, al no disponer de suficiente apoyo para meter en cintura ,a los partidos que abiertamente se combatían y tampoco contar, por fallecer a causa de asesinato, su principal valedor y sostén el Gral Prim.

El mismo día de marchar Amadeo I, fue proclamada la Primera República Española, cuya Presidencia ocuparía D. Estanislao Figueras y encargándole la cartera de Hacienda a D. José Echegaray.

De la difícil situación económica que en esos momentos atravesaba el Erario Público, nos la sirve la resolución que tres días después, 14 Febrero de 1873, adopta el nuevo Gobierno adjudicando, de manera urgente, la venta (que no el arriendo) de las Minas de Rio Tinto.
La repetida adjudicación estaba firmada por D. José Echegaray y refrendada por el Sr. Figueras.
La comentaremos en próxima entrega.

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