lunes, 11 de junio de 2012

ASENTISTAS DE MINAS DE RIO TINTO (V)

Poco después de la marcha de Francisco Tomás  Sanz , llegó a las Minas, en visita Oficial  el Director
Gral de las minas del Reino, D. Francisco de Angulo, coincidiendo con la gestión de Aguirre. Era hombre de vastos conocimientos, no sólo en la minería, también en el campo de la administración que más tarde,  durante el reinado de José I, el Rey Intruso, llegaría a ser Ministro de Hacienda.

Diferentes autores le atribuyen el establecimiento del sistema natural de Cementación, entre ellos, Esquerra del Bayo, en tanto que Rua Figueroa rebate dicha afirmación señalando a Tiquet, aunque reconociéndole a Angulo la inspección y puesta a punto de la cañería de desague, mandando el 17 de julio de 1787, proceder a su recomposición “por ser precisa para dar corriente a las aguas y colocar el hierro que le ha de sacar el cobre precipitado”.

Entiendo que Angulo y Aguirre fueron coincidentes en la gestión de Rio Tinto, si bien el primero tenía especiales poderes que superaban a los detentados por el segundo. En cuanto a este último, hay autores que le califican de carácter impulsivo y de incontinencia verbal,  pero a fin de no cargar tintas, manifestamos nuestro desconocimiento en cuanto si el Director General atesoraba distintas cualidades.

Aparte de  variadas y subjetivas opiniones, suponemos agriarían también el carácter de Aguirre  los continuos pleitos y  demandas a las que debió hacer frente, sobre todo a las presentadas por las autoridades de Zalamea  que no cejaban en las reclamaciones de una posesión de la corona enclavada en un territorio que se hallaba dentro de su municipio. Ocasión hubo, en su recalentado pensamiento, elevar una pretensión al Exmo. Sr. Don Pedro López de Lerena, (Ministro de Hacienda  de Carlos IV)  para erigir en Villa la Población de Minas de Rio Tinto con fecha 8 de Febrero de 1791
Denegada la petición, ello no se conseguiría, pero sembrado quedó el germen que no fructificaría, como todos sabemos, hasta justo, medio siglo después.

Rua Figueroa enjuicia la ofuscación demostrada por Aguirre, expresando que a pesar de su título de Juez ordinario de las Minas, su población y término, pudiera atenuar las consecuencias de la medida que provocaba, pero la lucha entre dos poderes rivales no podía menos de establecerse. En esta cuestión las espadas estaban levantadas.

Descuella también, en tiempos de Aguirre, la construcción de la Iglesia de las Minas que más adelante se detallará pero, en principio, prosperó la idea porque durante los primeros trabajos mineros se concretaron en la parte oriental del Cerro de Salomón  motivo por el que todos los operarios residían en la inmediata aldea de Rio Tinto (Nerva) hasta que la amplitud del criadero hizo necesaria la residencia del personal más cercana a este.

No hay comentarios:

Publicar un comentario