miércoles, 13 de junio de 2012

ENTRADA EN LAS MINAS EN EL SIGLO XIX


                                          ENTRADA DE LAS MINAS EN EL SIGLO XIX
                                                                                (VIII)
Dos años después del  nombramiento de D. Vicente de Letona como Administrador de las Minas irrumpían éstas en el siglo XIX  volviendo a ver ligada la suerte de Rio Tinto, lógicamente, a las vicisitudes de la nación entera y comenzando   con el estreno de 1800,  en el cual dicho funcionario superior manifestaba la precariedad que desde la época en que había tomado posesión del cargo, venían sufriendo las Minas, por  la escasez del  efectivo necesario para aprovisionamientos de géneros y en especial de combustible.
Así se inauguraba el turbulento siglo en las Minas de Rio Tinto. El 30 de Marzo de 1802 oficiaba la superioridad a su Administrador en los siguientes términos: “…no siendo posible proporcionar a V.S los 300.000 Rs.  que dice ascienden los empeños de las Minas de Rio Tinto, ni tampoco los 200.000 Rs. mensuales de consignación por la gran escasez y apuro en que se encuentra el Real Erario, se hace preciso….vaya entreteniendo ese útil establecimiento con las operaciones más precisas hasta que los beneficios de la paz den medios para activar las labores”. Los esfuerzos y reclamaciones de Letona resultaron insuficientes y se recurrió, en 1803,  al doloroso abandono parcial de determinados trabajos.
La situación económica de las provincias de Córdoba, Jaén, Sevilla y Cádiz estaban imposibilitadas de suministrar fondos para el manejo del establecimiento, a pesar de las apremiantes órdenes del Gobierno. En 1806 sólo se atendía la cementación natural por los beneficios que con poco costo se conseguían. La falta de trabajo llevó consigo la emigración de varios obreros y familias y la ruina de algunas fábricas y sus edificios que fueron necesarios reconstruir en 1807 para emprender de nuevo las operaciones, gracias a lo caudales de este año y a los grandes esfuerzos reunidos.
Continuaron sosteniéndose las labores hasta primeros de Febrero de 1810, fecha en la que se paralizó totalmente la obtención de cobre al haber sido ocupada Sevilla por las tropas  francesas invasoras, bien porque el producto podría redundar en beneficio del enemigo ó, tal vez, porque quedaron suspendidos los envíos de efectivo.
En vista de la difícil situación por la que atravesaba la nación, el Administrador Letona acudió personalmente, a la Regencia del Reino, en Cádiz, con objeto de evitar el abandono y ruina del establecimiento minero, presentando un presupuesto que consistía en recibir 14.365 Rvs. mensuales y, como contrapartida,  servir el cobre fino que permanecía en stock en la Mina, para que fuese vendido en Cádiz, transportándolo a través de Huelva ó Ayamonte.
El presupuesto presentado en Agosto de 1810 fue aprobado el 19 de Septiembre y la primera remesa de dinero se obtuvo el 5 de Octubre, pero no así los fondos para el transporte del metal.

De regreso a su destino, Letona recibió la orden del Jefe de las tropas invasoras a fin de que le remitiese los cobres existentes en almacenes que no fue cumplida, arrostrando las iras del Gobierno intruso y la responsabilidad, tal vez, de eludir un hecho para el que no estaba autorizado, remitiendo por el contrario a Cádiz, vía  Ayamonte, 2.461 @ de cobre fino.

1 comentario:

  1. Estupendo blog, Pedro. Muy interesante. Un abrazo. María Teresa Hunt Ortiz ( Maitete)

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