lunes, 25 de junio de 2012

PRIMER PRESIDENTE DE RTCL (XXV)


                                        EL PRIMER PRESIDENTE DE RTCL (XXV)

Cualquier inversor de capital, siempre ojo  avizor sobre lugares propicios a la rentable colocación de sus acariciados intereses, nunca es ajeno a situaciones que favorezcan sustancioso provecho. Su observatorio lo sitúa, habitualmente, a gran altura.
Aunque descripción no ortodoxa, en mi modesta opinión, no encuentro términos aproximados a una precisión más acertada.

¿No concurría en las Minas de Rio Tinto en un contexto  parecido a lo descrito en la entrega anterior (XXIV)  motivaciones  a tener en cuenta para los  propósitos de un banquero? . Era, pues,  goloso bocado  para el puritano banquero  escocés, Hugh  Mackay  Matheson.
Se decía de él que no tenía apetencias imperialistas y sólo le preocupaban los dividendos de sus inversiones y de los  demás socios  que confiaban en su pericia mercantil y honrada conducta, cimentada en la religión que practicaba con total integrismo y asiduidad

Pese a su supuesta  oposición  ó tibieza por el auge del imperialismo, abrazado abiertamente, por la inglesa sociedad  victoriana , instalada en el mismo siglo que a él le vio nacer, tal vez no calculó ¿o sí? que con la adquisición de Rio Tinto estaba siguiendo, también, pasos idénticos que ya dieron en aquella época sus coetáneos, Cecil Rhodes, con la fundación de la British South Africa Company ó el, también escocés, William MacKinnon  cabeza de la Imperial British East Africa.

Probablemente nunca previó que Rio Tinto llegaría a ser semejante a Gibraltar, con cañones defendiendo a la “british flag”, puesto que la Mina no se conquistó por las armas, pero tampoco lo fue Chipre, cedida por un tratado que derivó en una colonia más del Imperio, cinco años después de la compra de la que nos estamos ocupando.
Nunca se pudo decir que Rio Tinto fue una dependencia de ultramar como las que administraba el Gobierno inglés, pero las similitudes con aquellos territorios eran muy próximas. La sutileza con que se fraguó la compra (parte muy activa en este punto se debió al Diputado español y Apoderado de la Compañía de Rio Tinto, en Madrid, D. Daniel Carballo Cousido) paulatina llegada de técnicos y especialistas extranjeros, en minería, ferrocarriles, etc., derivarían, en los prolongados años de explotación minera, con estereotipos calcados de la tierra original de Mr. Matheson.

Los conocimientos que de él retenemos, se nos figura como una personalidad muy compleja, cuyo carácter nos inclina a resaltar sus ideales religiosos, sobre (–aunque muy importantes, también en su vida-) la dedicación a los negocios que ocuparon la actividad diaria.

Desde su nacimiento en Edimburgo el 23 de Abril de 1821, pasando por los años en que desempeñó la Presidencia de la RTCL, viajes que realizó por Oriente, actividades mercantiles que tocó, casamiento e hijos que le nacieron, testamento que otorgó en el que no olvidó consignar una partida de efectivo para fines religiosos, posición  que ocupó en su congregación, etc. y, finalmente, con su fallecimiento, acaecido el 8 de Febrero de 1898, atraen como interesante objetivo digno de estudio al haber sido alguien que ya ocupa, por distintos motivos, un lugar en la Historia de Rio Tinto.
Desconociendo si la biografía que poseemos de él, fuese de interés para leerla por algunos de nuestros visitantes, tal vez, pudiésemos emprenderla pero al ser tan amplia, podríamos aumentar la carga de pesadez.-. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario