sábado, 12 de enero de 2013

LA CAPILLA PRESBITERIANA DE RIOTINTO

                                                                                                                                        
Hace pocas fechas surgió la agradable sorpresa de conocer la  noticia sobre la apertura de la antigua Capilla inglesa de Bella Vista, rehabilitada por las Corporaciones Municipales, -actual y anterior- cuya finalidad, al parecer, será celebrar distintos eventos de carácter cultural y social, en el futuro.
El edificio en sí, de diseño tan británico, quizás sea junto a los otros que le rodean, de los más antiguos que quedan en Rio Tinto y, tal vez, a determinadas personas que giren visita a su interior (sobre todo si son nativas del mismo pueblo) le sobrevengan recuerdos e insatisfechas curiosidades que interpuso una compacta muralla de anacrónico “apartheid” de quienes con mentalidad de los siglos XIX y XX entendieron que la “Casa del Padre” allá donde se erigiese, debía contar con habitaciones separadas para ricos y diferentes para desfavorecidos..
Quizás, por lo indagado, no fue esa la intención de Mr. Hugh Matheson, quien ordenó, como Presidente de la Rio Tinto Co., la construcción del singular edificio, en tanto su mentalidad mesiánica de la religión que profesaba le inducía a concebir,así mismo,  una propagación de la fe más extensa.. De cualquier manera, los ideales humanos –entendemos- son cambiados, en ocasiones, parcial o radicalmente, por otros congéneres que les suceden.
Posiblemente esas “ocasiones” se dieron, aderezadas con circunstancias de lengua y  arraigo de seculares tradiciones, complejas muchas de ellas,  difíciles de salvar.
Al margen de ese agua ya pasada, al visitante le asaltará el deseo de conocer, al menos,  la identidad de algunas personas que se “movieron” e impartieron, en la época de su inauguración, las doctrinas propias del presbiterianismo y posteriormente, de las iglesias anglicana y católica.
 No es fácil compendiar apuntes tomados por el estudiante que esto narra y,  por supuesto, se aceptan con agrado las enmiendas y/o correcciones de quienes dispongan de una información mas completa. Por tanto, sólo se citan datos extractados con relativa precisión, intentando, finalmente, pergeñar parte de la historia que ofrecer al  interesado visitante.

Imaginemos al pueblo de Minas de Rio Tinto, entre los años 1871-1875, algo permeable entonces,  a las enseñanzas evangélicas-protestantes que maestros escoceses como John B. Bain y el matrimonio, Jane y Robert Carlyle precursores de las mismas, se esforzaban en captar adeptos,   animados por el ya mencionado Mr. Matheson, quien habría de incluirles en nómina una vez constituida la naciente Compañía.(1873)
Entusiasmado por los progresos observados en sus visitas a las Minas y considerando la necesidad, en su opinión, de que los empleados extranjeros pudiesen contar, también,  con un lugar apropiado para practicar sus creencias dirigidas por un Pastor de confesión presbiteriana, acordó con las autoridades de su iglesia, en 1881, fuese enviado a Rio Tinto el Rvd. David MacDonald  en 1883,  donde impartiría  los cultos en el antiguo Club de madera ubicado en el lugar en el qu e hoy se encuentra el actual.

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