sábado, 1 de marzo de 2014

APUNTES SOBRE ZALAMEA LA REAL (I)

                     
Aunque tardío estudiante de la Historia de la Cuenca de Rio Tinto, me causa singular interés, por variados motivos,  el municipio del que se desgajó el pueblo de la Mina, allá  por 1841, como posteriormente lo hicieran, Nerva (1885) y El Campillo, (1931) de la matriz zalameña.

Destejer el nudo Zalamea-RioTinto; Zalamea-Nerva; Zalamea-Campillo, no es tan difícil, si damos un repaso a los dos siglos anteriores al actual.

Históricamente sería más prolijo y llevaría tiempo profundizar en los orígenes de Zalamea, con ausencia de experimentado profesor que oriente vacilantes pasos de  atrevido discípulo –como yo mismo lo soy- cuya imprescindible docencia y subsiguiente aprovechamiento, resultarían fecundos, sin duda.
Pero, ¿Cómo estudiar –sin antes no  descubrirse- ante las Reales Ordenanzas, (¡pura Historia escrita¡) observadas  por un pueblo de vida rural, que se esforzó, incluso pagando, para ser libre en 1535, de un sistema medieval?

Se agradece a título personal, como muy posiblemente lo harán todos los zalameños, el devenir de su antigua historia, narrada con sencillez y veracidad por Domínguez Cornejo y Domínguez Pérez de León, que nos entusiasma.
Nuestra incapacidad para remontarnos a tiempos pretéritos, si bien con un innegable legado histórico muy apreciable, nos obliga a limitar conocimientos y hacer que estos recaigan en una época más reciente,  haciéndolos detener en personas cuyas vivencias son llamativas de atención por la contribución que prestaron al desarrollo de la sociedad mitad rural, mitad industrial, en la que les tocó desenvolverse.

Y es que, a nuestro parecer, existe una parcela, dentro de las complejas labores mineras
de Rio Tinto en la que “la mano de obra” procedente de Zalamea, (similar a la abundante aportada por Nerva) tan significativa fue en la concurrencia, no sólo de tantos mineros, como en los interiores de los pozos sufrieron fatales accidentes, junto a compañeros de la citada Nerva, Campillo, RT, etc. sino también, en los servicios auxiliares imprescindibles para la extracción.
¿Es posible pasar de puntillas y no reconocer la numerosa plantilla de operarios zalameños que nutrían los Departamentos de la RTCL en Central Eléctrica, Conservación Casas, Talleres, Tráfico, Servicios de Lista, Médico, etc.?
Con alta valoración para todos aquellos encuadrados en los repetidos Departamentos y,
por las circunstancias de mi propia aproximación a su entorno, me permito incidir en el que atrajo común atención en la zona: El Servicio Médico de la Compañía en el período de la gestión  británica.

Se omite citar con detalle, por razón de espacio y con la amplitud que merecen,  a los fundadores del repetido Servicio, Drs. John Sutherland Mackay y Raymond Courteen, quienes comenzaron ardua  labor en las postrimerías de finales del XIX, demostrando su eficacia y utilidad…..al servicio de la Empresa, por supuesto, pero con reconocido beneficio, igualmente,  para trabajadores y familias

 Queda algo más reciente la sucesión de los dos anteriores, al frente del mencionado Servicio, con Dr.Robert Russell Ross quien, como es sabido, detentó la Jefatura desde 1889-1927, pudiendo deducir era la personalidad central sobre la que giraba, por su cargo e idiosincrasia, el  cuadro sanitario, parte del cual intentaremos relacionar , seguidamente, de procedencia zalameña.

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